domingo, 17 de abril de 2011

Historia de un verano.

Eran las cinco de la tarde y acabamos de entrar a el bar a el que Piti había decidido ir a tomar un cafe, la verdad a mi no me apetecía nada estaba totalmente apática como solía estar no desde que deje de verle, desde que nos distanciamos. Desde que decidió que era mejor poner fronteras, seguir cada uno su propio camino, desde que no queso volverme a ver, desde que ya no siento el viento en la cara que acariciaba mi pelo aquellos días de verano cundo me montaba detrás de su moto y escapábamos huíamos de todo. 
De pronto algo me hizo volver a aquel cafe desde el que 
Piti me preguntaba que quería tomar. Pedí lo mismo que pedía siempre un capuchino con mucho chocolate. Piti empezó a contarme cosa sobre todo lo que le  había pasado este verano, donde había ido que habías hecho, que conclusiones había sacado, yo mientras le escuchaba esperaba que no llegase el momento en el que me preguntase que que tal me había ido a mi el mío. No quería pensar en todo lo que había pasado, para mi ese verano quedaba ya ha años luz , ya no quedaba nada de esos días de playa esas noches en la piscina de Bea, esos días de camping, de fiesta, de escapadas en moto... Nada, y entonces llegó la pregunta.
- Bueno, ¿ y tu verano ? ¿ Como te ha ido todo?
Intenté buscar cualquier excusa para escaparme para huir de aquello, pero a mi pesar no la encontré y Piti esperaba impaciente mi historia, la historia sobre mi fantástico verano, seguro que Bea le había contado algo y por eso esperaba mi versión tan impacientemente, lo que ni Bea ni Piti sabían es que aquella historia hacía ya varias semanas que habia acabado. 
No conteste aunque Piti siguió esperando durante un rayo yo no conteste no dije nada,  y os dos nos quedamos en silencio durante un largo rato. Alguien se acerco a ala mesa y estuvo un rato hablando con Piti , creo que el también me conocía a mi porque al marcharse pronunció mi nombre y dijo espero volver a verte por aquí hacía mucho que no te veía. 
Piti volvió ha hablar, aunque yo habia empezado a meterme en mi mundo de nuevo, recordé un día de playa cuando aun era niña y mi madre me llevaba con mi hermano a jugar y a bañarnos, pasábamos todo el día en la playa y comíamos filetes y tortilla,siempre con arena... Aquellos eran días felices cuando lo que mas te podía llegar a preocupar era que no te diese tiempo a jugar a todas las cosas que querías jugar. Erraos niños, e inventábamos mil historias, descubríamos mil tesoros, y vivíamos mil aventuras, sin que nada ni nadie destruyese nuestro mundo...
Volví, esta vez una risa que no era la de Piti me hizo volver a aquel cafe, una risa que tantas veces habia escuchado mientras yo planteaba mis absurdas teorías sobre el porque de mi torpeza, esa risa que nunca podría confundir con ninguna otra esa sonrisa que durante un tiempo pensé mía, esa que me contagiaba y que hacia que mi risa apareciera también, esa que podía escuchar durante horas sin cansarme, su risa. La risa de mi verano. Entonces levanté la mirada y comencé a buscar esa risa,entre otras risas, comencé a buscar su rostro, entre otros rostros y lo encontré. Estaba en la barra del cafe con sus dos amigos, Santi y Dani. Lo vi empezaron a fallarme todos mis sentidos, el volvía a ser la razón por la que mis pulmones inhalaban aire, la razón por la que mi corazón bombeaba sangre. y no supe como pero mis piernas empezaron ha andar en su dirección como si el fuera un imán y yo un simple metal que esta siendo atraído por su fuerza gravitatoria. Llegue estaba ahí frente a el pidiendo un vaso de agua e intentando hacerme dueña de la situación, que yo no se como había creado. Me vio y no supo que hacer,nuestras mirada se cruzaron como tantas veces antes lo habían hecho, solo que esta vez la intensidad con la que el me miraba no era la misma, sus ojos ya no brillaban como lo hacían antes cada vez que nuestras miradas se encontraban. Y me llamo, pronuncio mi nombre y yo caí otra vez en mi mundo por un momento volví a estar montada en el asiento de su moto de camino a un de los lugares, que hicimos nuestro. Con el viento despeinando me la cabellera suavemente. Y volví, volví de nuevo a ese cafe donde mi corazón se estaba desbocando, conseguí controlaron, conseguí armonizar de nuevo mis latidos, y el estaba ahí delante de mi. Me dio dos besos y mi corazón volvió ha hacer el intento de desbocarse, pero de nuevo lo controle, acto seguido salude a Santi y a Dani, y volví a miraron a el. Lo dos estábamos mirandonos  esperando a que alguno  pronunciase alguna palabra, y lo hice no le hice esperar mas tiempo.

-John, que sorpresa no sabia que solías venir por aquí la verdad, jamas hubiese imaginado encontrarte aquí.- me tranquilice, me sentí orgullosa de mi misma por haber conseguido ordenar aquellas palabras. Enseguida el me contesto.
- La verdad es la primera vez que vengo por aquí como tu has dicho no es un sitio que vaya mucho con mi rollo. ¿ Qué tal te va todo? ¿ Con quién has venido? ¿ Estás sola?..
-Pues la verdad es que las cosas van bien la semana que viene me voy a vivir a Londres empiezo el primero de carrera allí, me voy con 
Piti- le señale a el chico que estaba en la mesa, esperando alguna reacción que me diese a entender que se sentía celoso- ¿ Y tu que tal? ¿ Que tal van las cosas? ¿ Me han dicho que has encontrado curro?
-Pues yo la verdad que muy bien,el otro día me entere de que te ibas a Londres me lo contó Bea, últimamente la veo siempre, me he puesto a currar en el garito que esta debajo de su a y a veces me fumo un par de cigarrillos con ella y nos ponemos a el día ¿Tienes algo que hacer ahora?
No puede ser verdad que me haya preguntado eso, ¿por que lo ha hecho? Conteste.

-No la verdad es que no tengo ningún plan, Piti eme iba a llevar ahora a casa y no se si después íbamos a salir. Así que creo que estoy libre.
-Bien entonces yo te llevare a casa, como los viejos tiempos, aunque antes tengo que hacer un parada,¿ Va?
- Vale no hay problema supongo, voy ha avisar a Piti, ahora vengo.
-Te espero fuera, enana.- me dio un beso en la frente y me alboroto el pelo.
 
Por un instate sentí que las dos semanas sin el nunca habían pasado, que nada se habia detenido, pronto volveríamos a estar el y yo en su moto, solos de nuevo como tantas veces. Me despedí de Piti y le deje dinero para que pagase, le dije que esta noche lo llamaría, pero que no me llamase bajo ningún concepto, quería estar disponible solo para John solo y exclusivamente para el.
Salí de aquel cafe de la Gran Vía, y el me esperaba apoyado en su moto con su perfecta sonrisa de niño travieso, sentí como me ruborizaba como poco a poco, mientras que me dirimía hacia el me hacia pequeña, pero no me importo. Se subió  en la moto, y yo me subí detrás agarrando a el, a su cintura, apoyando mi cabeza en su perfecta espalda, notando como sus pulmones respiraba. Y entonces arranco.

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