Me sentí feliz, como tantas veces lo había sido sentada en el asiento de aquella moto, mientras pasábamos casi volando por las calles Madrid, y mientras la gente se giraba para mirarnos. No sabía donde él quería ir a parar, simplemente me deje llevar, sin pensar nada, tan solo con una preocupación que rebotaba en mí, ¿cuánto duraría la felicidad que sentía en ese mismo instante?
La moto paró y yo no podía saber donde estábamos, primero bajo él de la moto, y después me ayudó a bajar a mi, tapando mis ojos con sus manos, haciendo que me sintiera especial de nuevo. Y de repente pude ver, y supe perfectamente donde me había llevado, ya habíamos estado allí antes. Juntos, el y yo. Dejando que la ciudad de Madrid mirase nuestros besos. Y allí en la oscuridad de esa noche de fin de verano, mis ojos volvieron a encontrar a los mismos ojos que tantas veces había hecho míos, sus manos volvieron a encontrar mi pelo, mis manos volvieron a encontrar su cara, y así encontrandonos, bajo un cielo de Madrid que poco a poco se oscurecía, pasamos el tiempo. Entonces él se inclinó y me atrajo hacia el estábamos cerca, tan cerca que notaba como el aire que exhalaba acariciaba mis labios, y me pidió perdón. Perdón por haberme abandonado, por haber sido un completo inútil, por no darse de que la sensación que más le gustaba del mundo, más que ninguna otra era notarme ahí, en el asiento de detrás de su moto aferrada a el mientras que nuestras respiraciones se armonizaban. No conteste no quise contestar, soy idiota. Le quise y le quiero, y no pude evitarlo me acerque aun mas a él y acto seguido él me besó. Entonces si, mi corazón se desbocó y no quise controlarlo. Fue un beso suave, intenso, puro, dulce, sincero, un beso que dejó abierta hasta la última puerta secreta de nuestros corazones, un beso que dejo claro cualquier duda. Sus manos acariciaban mi pelo y después bajaban por la nuca para recorrer suavemente mi cuello, por caminos que ya esas manos habían recorrido. Así cómodos felices, encotrandonos mientras la noche llenaba cada vez más de estrellas el cielo de Madrid. Poco a poco fuimos separandonos, nos quedamos mirandonos uno a el otro aguantando las miradas durante un buen rato, ellas hablaban se lo contaban todo y él seguía acariciandome el pelo, me abrazaba, no podía dejar de tocarme, y de repente en mi surgió una duda.
-¿Por que te cansante? ¿ Porque haces esto John ? No sabes lo que han sido estas dos semanas, ¿acaso es esto tan solo un juego para ti?
Porque las tías estropeamos los momentos mas bonitos con preguntas que no vienen a cuento, que rompen los momentos más bonitos, para convertirlos en momentos amargos y tristes.
- Siento esto todo lo que hice, te abandone, te deje sola, y me necesitabas. Nunca supe cuanto te necesitaba yo a ti hasta que deje de tenerte, deje de ver tu sonrisa, deje de acariciar tu pelo, oler tu perfume...
- Nada de eso responde mis preguntas, pero no quiero que las contestes ahora no.
No quería recordar todo lo que pase, quería estar con el y ya está Lo besé otra vez, y esta vez el beso, fue más fresco, me recordó a mi primer beso con el. En la playa una noche de verano, mientras mirábamos las estrellas con la ropa empapada, mojados. Sus besos eran la mejor sensación,la mejor medicina para mis heridas. Sus besos, esos que hacia míos, esos que nunca a nadie le sabrían como me saben a mi.
Historia de mi verano son partes de un libro que estoy escribiendo yo, si os gustan pedirme mas textos y os lo paso, pero porfavor no lo copiéis. Gracias :)
Que tú no sigues a tu super rubia Lu? Oju oju :P
ResponderEliminar