Los movimiento precisos y coordinados, como el perfecto vuelo de una gaviota me desconciertan, y es que cuando nuestra razón no quiere ver más allá de sí, nada se entiende.
Podría decir lo que quiero decir, soltarlo todo y acarrear con las consecuencias. Sean la que sean, no importa. Pero en lugar de ello mi complicado engranaje decide callar dejarlo pasar y no echas más leña al fuego de la cuestión.
Es difícil creer que te conocen cuando ni si quiera tu sabes como funciona tu mundo, ¿por qué se quiere mucho, y al minuto se odia?
¿Por qué no sabe explicar ni pedir que quiere? ¿Por qué decide callar y no gritar haz esto, y hazlo ahora?
Mi engranaje, mi mundo, lo que soy. No es preciso ni mucho menos coordinado, mi mundo es un desastre tal que yo. Un desastre que resulta cómodo y a su vez frustrante,agobiante y capaz de agotar la paciencia hasta el más colmado de ella.
Necesito empezar a dejar de ser un continuo desastre, el problema es...que no se cómo.
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